EL PARAISO O EL INFIERNO

Cuando uno expone sus trabajos al publico puede tener una respuesta agradable o ser ignorado olímpicamente. Pasamos del paraíso al infierno en pocos instantes. Y uno debe hacer el ejercicio de construir lo que le gusta sin importarle lo que el otro piense. Si algo es bonito para mi deberá ser suficiente. Es un ejercicio difícil. Las caricias son agradables, pero lamentablemente hoy las manos están para otra cosa.

lunes, 24 de febrero de 2014

CUATRO PINTORES

ESTEBAN SEMINO 
Pintor autodidacta. Nació en General Las Heras, provincia de Buenos Aires, el 28 de Julio de 1902.
Cursando sus estudios secundarios, es el dibujo, asignatura de preferencia, documentando gráficos de interés educativo. Egresado de los primeros graduados del Conservatorio Nacional de Arte Escénico, incursiona en el teatro profesional, como actor, destacándose en las caracterizaciones de los personajes que supo interpretar.
Como autor: dos obras registran su actividad: "Jacobo Kohn, estudiante, visita a Jacobo Kohn, doctor". "El mundo de siempre", estrenada en el Teatro del Pueblo. Con publicaciones de cuentos y ensayos, cierra el ciclo de su breve paso por las letras.
En 1951, con motivos de nuestras danzas folklóricas, realiza su primera muestra pictórica. La dinámica y el movimiento, son sus características más destacadas.
En razón de cumplir su pueblo, cien años de su fundación y en el deseo de documentar las "Casitas de la vida simple", "Las rezagadas casonas de mejores tiempos", "Los modestos boliches que, situados en el ancho camino de la sed daban su bienvenida al poblado"; realiza su exposición homenaje en la galería Witcomb, el 29 de julio de 1963.
Desde esa fecha, la pintura de Esteban Semino, sufre una total transformación. El hecho de enfrentar lo estático, confesando satisfacción al elaborar "Paredes traspasadas de tiempo", hace que la nueva técnica determine el encuentro con su verdadera personalidad. En sucesivas muestras: Witcomb, Arthea, Wildenstein, Van Riel, etc. Semino expresa con mas firmeza y mayores conocimientos plásticos, el tema del campo argentino y el quehacer del hombre rural.
Esteban Semino, consigue comunicar a sus cuadros, la emoción evocativa, que el espectador busca, para satisfacer su sensibilidad estética.


OSVALDO ALTAMIRANO COLONNA
Navegante del arte, fue pintor, escenógrafo, mago, titiritero.
Fue alumno del maestro italiano Giuseppe Lafranchi, con quien aprendió la técnica de los grandes pintores renacentistas.
Pintó por placer y nunca se dedicó de lleno a la pintura como forma de vida.
Participó en cientos de concursos de los que resultó ganador siendo finalmente puesto como jurado.
Fue autor del gigantesco retrato de San Martin que se colocó en el balcón de la municipalidad de Tres Arroyos para el sesquicentenario de la muerte del héroe.
En buenos Aires participó en varios concursos resultando ganador de muchos de ellos.
Finalmente se dedicó a la pintura como entretenimiento y realizó innumerables cuadros de los que el expuesto es un ejemplo.
Había nacido en la ciudad de Laprida en 1918 y falleció en Buenos Aires en el 2007.


 
ITALO BOTTI,
Nace en Buenos Aires el 6 de enero de 1889. Estudia en la Academia Nacional de Bellas Artes, en el período dirigido por Pío Collivadino donde tiene por maestros a Gustavo Bacarizas, Jorge Bermúdez y Alberto Rossi.
En 1914, siendo aún alumno de la Academia, participa por primera vez en el Salón Nacional. En 1916 concluye sus estudios y comienza a trabajar en los temas y motivos que caracterizan su producción: las marinas del Riachuelo, la actividad portuaria, los paisajes urbanos de Buenos Aires y las sierras cordobesas, sobre todo, las vistas del pueblo de Ongamira, en el que se establece por largas temporadas.
Realiza su primera exposición individual en el Salón Castellani de la ciudad de Rosario, en 1919. En 1920 exhibe obras en los salones de la Comisión Nacional de Bellas Artes. Una crítica del diario La Prensa comenta:
“[…] Italo Botti nos presenta en tres cuadros, hondamente sentidos, la visión de La Boca cosmopolita y pintoresca, donde flota como un ensueño lejano y triste, el imaginario país de las brumas que Baudelaire canta en las cristalinas estrofas de su poema ‘La invitación al viaje' […]”
En 1923 recibe el Premio Cecilia Grierson y en 1924 el Premio Eduardo Sívori, ambos del Salón Nacional. En 1930 obtiene el Segundo Premio en este certamen y, al año siguiente, el Primer Premio Municipal.
En esa época, un cambio sustancial renueva la pintura de Botti. Una fina sensibilidad y la elección de tonos agrisados resultan en una nueva impronta intimista y otoñal. El crítico Pedro Massa se refiere a él en el prólogo de la exposición retrospectiva que la Galería Velázquez le organiza en 1955:
“[…] Gran virtud, en arte, la de resistir y vencer todas las tentaciones de lo ‘pintoresco', de lo ardiente y colorido, de lo abigarrado y triunfal […] hace falta un admirable sentido de la sobriedad, de lo delicado y vaporoso para huir de aquellas alegrías y seguir el austero camino de los grises […] Botti consiguió como pocos ese firme alejamiento de lo espectacular, y así su pintura es un delicioso repertorio de rincones urbanos, de la serranía y del puerto […]”
Como grabador, hizo del aguafuerte y de sus variantes policromadas su especialidad. Participó en exposiciones colectivas en la Sociedad de Acuarelistas y Grabadores, en el Salón de Grabado y Dibujo de Buenos Aires y en el Salón de Grabado en la ciudad de Rosario. En 1961 obtiene el Primer Premio en la Exposición Internacional de París. También es premiado con la medalla de oro en los Salones de Rosario y Bahía Blanca y, en Santa Fe, recibe el Premio Rosa Galisteo de Rodríguez que comparte con Enrique de Larrañaga y Miguel Carlos Victorica.
Fallece en Buenos Aires, en febrero de 1974.
Obras de su autoría integran el patrimonio del Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo Municipal “Eduardo Sívori”, el Museo de Bellas Artes de La Boca “Benito Quinquela Martín”, además de otras instituciones de Rosario y Bahía Blanca. Asimismo, cuentan con piezas de Botti los museos provinciales de Santa Fe, Paraná, Mendoza y San Juan. Una de sus obras se encuentra en los Estados Unidos, en el Virginia Museum of Fine Arts.


FRANCISCO SALAT
Nacido en Barcelona (España) recibió allí las primeras lecciones de dibujo y color de un famoso impresionista francés.
Primera muestra individual en América en el año 1951.
En Buenos Aires frecuentó el atelier Pettoruti, y los del maestro Vicente Puig y Fidel Santamaría.
Hay obra suyas en colecciones particulares de España, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Italia, Israel, Suiza, Brasil, Bolivia, Canadá, chile, Colombia, EE,. UU, de Norteamérica, Uruguay y Venezuela.

Nunca participó en salones, certámenes, concursos, etc. alertado por la experiencia de un escritor español que decía: “De los concursos y de la peste ¡Líbreme Dios!”

7 comentarios:

  1. Cuatro pintores, cuatro vidas ilustradas, gracias por compartir tu colección

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    1. Queridísima Alfmega, es un placer compartir contigo algunas de estas cosas tan íntimas. gracias por tu comentario.

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  2. No los conocía, pero siempre se aprende algo nuevo, gracias por compartirlo

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    1. Gracias Ana. Te agrego un comentario: Semino fue un gran pintor a quien en los últimos tiempos no se le dio trascendencia. Italo Botti es el más conocido y está en segundo lugar muy juntito a Quinquela Martín, como pintor del barrio de la Boca. Salat fue considerado el primer impresionista de la pintura argentina. Nunca fui proclive a las naturalezas muertas sin embargo cuando vi esta me enamoré. El último es el del cuadro mas grande fue mi padre. Un artista en su totalidad. No trascendió porque siempre fue de perfil bajo, Hoy su capacidad se ha prolongado en su nieto, un dibujante extraordinario, pero no debo hablar porque me toca las generales de la ley. Un beso.

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  3. Fenomenal incursión a la intimidad de esta habitación donde no hay pinturas, sino pintores. Y más allá de estos, las personas. Un padre del que sentir orgullo es algo muy grande.

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