Se enfrentó a la figura blanca delante de él.
Sus ojos se clavaron inintencionalmente sobre ella...
· ¿Eres
Dios?- preguntó con su voz resquebrajándose.
· Si
quieres que lo sea-
La figura se le acercó y sus carnes mortales
empezaron a temblar. Cuanto más se acercaba a él cada célula se despedazaba y
se contraía, se expandía y a la vez explotaba. Sintió el cálido orín escapar
deslizándose por su entrepierna. La sangre parecía hervir en sus venas.
· ¿Qué
deseas?-
· ¿Puedo
morir?-
Sus ojos inexistentes contemplaron al hombre
enfrente de él. Se detuvo, o no lo hizo, no era claro lo que hacía. ¿Tenía
pies? ¿Tenía brazos? ¿Era una luz o tan sólo un relámpago? ¿Era un cartel de
plástico o humana carne sucia?
· Sí-
· Gracias-
· ¿Es
lo que quieres?-
· Por
favor-
Continuó caminando. Avanzando. La luz se
movilizó a través del espacio. ¿O era al revés? Quizás era el hombre quien
caminaba hacía él, o era el mismo universo que se desplazaba inconscientemente
alrededor de ellos dos, solos, sin moverse. Quizás no estaban hablando. Quizás
no estaban allí.
· Bésame-
El
hombre no pestañeó por miedo a perder todo. Por temor a dejar de avanzar.
Sintió una erección repentina y luego desapareció, sus testículos siguieron
esparciéndose por el infinito espacio eterno. Partículas azules mezclándose con
rojas formando estrellas violetas en un firmamento oscuro. ¿O amarillo? No
tenía colores y a la vez todos. ¿Era el espacio? En realidad ¿Era una caja de
cristal, pequeña, enorme, finita, o era acaso una esfera cilíndrica?
· Está
bien-
Sintió algo áspero frotarse contra su lengua
mientras que sus labios se fundían con la luz. Su cráneo tembló, sacudiéndose
enérgicamente; el resto de su cuerpo lo siguió mientras explotaba sector por
sector indoloramente. Tuvo hambre y miedo, tuvo dolor y amor, pasión y odio.
Vomitó diez veces y luego orinó seis veces más. Sintió su colon estallar y sus
ojos volar por encima del cosmos. Pudo ver Alderán, pudo ver a Saturno. Pudo
ver satélites atravesar cometas y miles de cinturones cósmicos de remotas
galaxias lejanas, pudo ver el atardecer de una civilización y el nacimiento de
otra. Pudo vivir y morir. Pudo descubrir lo que es amar y lo que es odiar.
Murió. Y no quiso renacer. Soltó los labios de la criatura, del Dios, de la
fugaz luz blanca, amarilla, multicolor, transparente. Soltó la nada. ¿Estaba
aún allí?
· Gracias-
Su voz siguió en un eco infinito y luego
volvió a sus propios oídos.
· De
nada- se contestó. Su piel empezó a desintegrarse, debajo había dudas y
temores, nada más. La luz extendió su mano, o lo que parecía una, y sin dudar
un segundo destruyó la mitad de su rostro con un golpe seco. El hombre no dijo
palabra alguna.
· Eres
simple. No hay nada debajo de ti excepto humanidad-
· Es
que soy humano-
· ¿Desde
cuando?-
· Desde
que te besé-
Por un segundo la luz desapareció y volvió a
aparecer.
· Gracias-
El
humano sonrió y sus dientes desaparecieron. Ahora sus labios flotaban en una
masa acuosa sólida multicolor incolora y sus dos ojos continuaban con su
órbita, a veces observando a un pequeño niño rubio con ropajes extraños
hablando en francés, regando una hermosa rosa con pequeñas espinas las cuales
eran su única defensa contra la maligna eternidad horizontal y vertical.
· ¿Por qué razón?-
· Por morir-
· No... No puedo morir-
· Pero eso era lo que
querías-
· Me arrepentí-
Una
vez más la luz desapareció, esta vez tardó más en regresar.
· Es tarde ya-
· ¿Me dolerá?-
· No- Se calló por un
segundo -Sí- Nuevamente la voz no continuó - Te dolerá tanto que no lo
sentirás-
· No lo entiendo-
· Yo creo que sí-
El
humano estiró sus brazos y encontró que ya no los tenía, en cambio dos suaves
nubes rozaban sus mejillas las cuales lentamente se esfumaban en un remolino de
arena.
· Tal vez tienes razón-
Sólo
sus labios flotaban y nada más.
· ¿Te puedo hacer una
pregunta?-
· Dime-
Sus
pequeños rozados labios empezaron a temblar y supo que se acercaba el fin del
resto. Hasta sus ojos dejaron de pasear, hasta sus ojos detuvieron su marcha
instantáneamente para rodar dentro de los agujeros oscuros de una inmensa mesa
de billar. A lo lejos dos hombres festejaban sus victorias tomando cerveza en
un inmenso jarro. El más obeso había perdido. El más alto había perdido
también.
· ¿Eres Dios?-
· No-
· ¿Quién eres?-
· Yo soy tu-
· ¿Y quien soy yo?-
· Tú eres Dios-
Las
pequeñas partículas flotaron en el aire esparciéndose eternamente más allá de
lo que la vista de un humano podrá jamás llegar a ver. Un trueno resonó a la
distancia y el sol salió. La noche empezaba a surgir por detrás de los médanos
de Neptuno, la Luna
sonrió para sí y el sol comenzó a girar despidiendo al pequeño niño y su flor.
El cosmos estaba cansado de su rutina diaria.
· ¡Oh! -
Luego
el eco de una risa. No era de nadie. Tan sólo una risa. Tan sólo un eco. Tan
sólo la nada.
DIEGO ALBERTO COLONNA
Extraño viaje..!! O quizá no fue un viaje..???? la muerte, la vida, la desintegración y la negación de uno mismo, todo en uno, y mucho más..Interesante..Saludos Alberto
ResponderBorrarGracias Alfmega. Siempre es un gusto recibir tus comentarios.Hay gente a la que respeto mucho y admiro y tu eres una de ellas. Lo bueno de esto es que es un relato de Diego nuestro hijo. Y es un orgullo de padre baboso el poder ponerlo en mi blog.
BorrarMuy bueno, me hace reflexionar sobre el universo y su expansión constante. Ese momento en que la luz se mueve o era el universo...Excelente!
ResponderBorrargracias Laura... el genio de Diego late esperando el momento de estallar como un volcán... su capacidad supera los límites habituales... Y uno que menos que sentirse orgulloso...
BorrarMaravillosa, me sumergí en una profunda reflexción, Excelente, felicitaciones a Diego Colonna
ResponderBorrarLo que sentí al leerlo fue esa sensación que tiene el ser humano ante el final de la vida..que hay después de ella? Hacía donde vamos? Hacía donde querramos todas las sensaciones explotaran nuestro cuerpo se desvanecera y seremos parte del universo que transformaremos en una mínima parte. ... mi humilde interpretación. Marta
ResponderBorrarGracias Martu. Lo encontré en los recuerdos y realmente me entusiasma cada vez que lo leo, al igual que otro que se llama La Niebla. Asi que lo volvi a enviar.
Borrar