Se levantó luego de un sueño
realmente reparador y mientras ponía el agua a calentar, se dio una rápida
ducha. Luego se vistió rápidamente y se sentó a disfrutar de unos matecitos. La
infusión caliente terminó de despertarlo.
Fue hasta la ventana y la abrió
para asomarse y observar como se presentaba el día.
Luego fue hasta un armario y
abrió las puertas de par en par. Una serie de pequeños recipientes se alineaban
prolijamente ubicados.
Con precaución tomó alguno de
ellos y los colocó sobre la mesa. Dudó un instante y volvió para tomar uno que
estaba en un rincón. Los fue abriendo meticulosamente.
Uno de ellos decía “buen humor”.
Lo pensó y tomó dos comprimidos. El otro rezaba: “Alegría”. Supuso que con uno
le alcanzaría. Tomó un tercero. “Buena onda”. Si claro eso era importante. Dejó
caer dos o tres en sus manos y los ingirió sin dudarlo.
Finalmente llegó al frasco que
había tomado en último término. En letras pequeñas y prolijas se podía leer:
“Amor”. Tomó un comprimido y dudó. Volvió a mirar la ventana, que había dejado
abierta. Por ella entraba una brisa levemente cálida y el rumor de la gente que
comenzaba el día se colaba como una música donde cada sonido destilaba vida.
Si… Hoy podía ser el día… Inclinó
el frasco y no midió cuantos comprimidos salieron, los bebió de un solo sorbo.
Tomó su sombrero y se dispuso a
salir. Antes de cerrar la puerta de calle se dio cuenta que se olvidaba de lo
más importante. Volvió a entrar y, de un anaquel, tomo la mejor sonrisa. Se la
colocó y entonces sí, salió a caminar por la ciudad.
El sol brillaba a pleno. Los
colores se lucían como nunca, o como siempre. Los pájaros revoloteaban y
algunos piaban o hacían un intento de canto entre los árboles que ya comenzaban
a lucir sus verdes, de distintas tonalidades.
El calorcito lo animó más aún. El
día lo acariciaba y lo invitaba a andar, a recorrer las calles que se movían
afanosas.
Abrió los brazos como queriendo
atrapar todas las sensaciones junta y caminó sin tregua hasta perderse entre la
gente que ya había iniciado la rutina de todos los días.
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