El viento de la vida sopla y sopla
A veces es una brisa suave que acaricia revoloteando en
nuestro cabello.
Otra nos sacude con la furia desatada del huracán.
El sol se asoma temeroso entre unas nubes que se yerguen
cual monstruos prehistóricos y amenazantes.
Otras luce en todo su esplendor iluminando nuestro camino,
dándole un toque de color y de alegría.
El árbol, como un símbolo, se tuerce, se acomoda, peo fija
firmes sus raíces, aun a la piedra dura y fría, y crece, renace y lucha, pero
nada podrá abatirlo. El está ahí.
Y, hasta a veces, será capaz de brindar una sombra
protectora o un resguardo al temporal si alguien necesita de el.