El paisaje despierta la vena poética y entonces surge la lira olvidada en un rincón del alma, perdida y olvidada. Surge el canto junto a la emoción y la inspiración brota como agua de un manantial, cantarina y transparente.
EL PARAISO O EL INFIERNO
Cuando uno expone sus trabajos al publico puede tener una respuesta agradable o ser ignorado olímpicamente. Pasamos del paraíso al infierno en pocos instantes. Y uno debe hacer el ejercicio de construir lo que le gusta sin importarle lo que el otro piense. Si algo es bonito para mi deberá ser suficiente. Es un ejercicio difícil. Las caricias son agradables, pero lamentablemente hoy las manos están para otra cosa.