EL PARAISO O EL INFIERNO

Cuando uno expone sus trabajos al publico puede tener una respuesta agradable o ser ignorado olímpicamente. Pasamos del paraíso al infierno en pocos instantes. Y uno debe hacer el ejercicio de construir lo que le gusta sin importarle lo que el otro piense. Si algo es bonito para mi deberá ser suficiente. Es un ejercicio difícil. Las caricias son agradables, pero lamentablemente hoy las manos están para otra cosa.

domingo, 3 de noviembre de 2013

HOMENAJE A DOS GRANDES DE LA CANCIÓN ESPAÑOLA


Angelillo (2004).jpg

Nuestra infancia (Y pongo nuestra porque lo fue de todos los argentinos)  transcurrió fundamentalmente entre coplas y bailes españoles. Los conjuntos que enseñaban bailes típicos peninsulares proliferaban y eran pocos los niños que no participaban de estas escuelas. A mí me tocó no como bailarín (que para eso siempre he sido muy malo) sino como escenógrafo. En realidad mi padre lo era y me llevaba a mi como ayudante y yo disfrutaba con esas veladas llenas de jotas aragonesas, coplas y a veces, por qué no, el cante hondo. Muchos de los cantantes fueron refugiados cuando cayó la República. Dos de sus exponentes mayores fueron Angelillo y Miguel de Molina. Hoy quiero hacer un homenaje a ambos que formaron parte esencial de mi vida. Y que a la distancia me explican cómo, siendo de origen casi puramente italiano, vivo a España como mi segunda casa, con un amor de hijo que me emociona y me enorgullece.

Angelillo (Ángel Sampedro Montero (Vallecas, Madrid, 12 de enero de 1908- Buenos Aires, Argentina 24 de noviembre de 1973)

                                      
Miguel de Molina Miguel Frías de Molina (Málaga, España, 10 de abril de 1908 - Buenos Aires, Argentina, 
4 de marzo de 1993)

Tanto el uno como el otro se debieron refugiar en Buenos Aires cuando cayó la República. Angelillo por haber sido partícipe de la misma y Miguel por sus inclinaciones homosexuales y por haber participado durante la República, ya que había alcanzado fama en toda España. Ambos murieron en Buenos Aires, donde se le abrieron las puertas de par en par y se los recibió con alegría y orgullo. Mi padre en su teatro de títeres había creado un muñeco que era la fiel reproducción de Miguel de Molina. 
Hay mucho para contar de ambos, recomiendo que los gogleen.
Todo el amor para aquellos que compartieron con nosotros su arte y su personalidad.. y nuestra vida.