LA
SALAMANCA.
La
tradición española adaptada a nuestro folclore norteño.
El origen
de esta leyenda se remonta a los estudiantes de la Universidad de Salamanca en
donde se dice muchos de ellos se juntaban en cuevas para estudiar, aunque otros
señalan que para hacer brujería. Así pasó al Nuevo Mundo y tuvo su propia y
folklórica mutación. ¿Será tal vez que los estudiantes se juntaban para profundizar
conocimientos, y como salían tan sabihondos de la cueva, los envidiosos le
endosaban los pactos demoníacos?
En Argentina es una fiesta organizada en honor al macho cabrío en algún socavón alejado del poblado. En ella se sirven exquisitos manjares y bebidas y se baila y canta hasta la primera luz del amanecer.
En la Salamanca se encuentran brujas, almas condenadas, y demonios de los infiernos. Juan Draghi Lucero nos cuenta varios casos en su imperdible Las mil y una noches argentinas (lectura obligada para el que quiera contar cuentos bien criollos).
Se dice que a la Salamanca pueden ingresar todos aquellos que deseen hacer un pacto con el Diablo o adorarlo. Al ingresar a la cueva se debe besar los cuartos traseros de un carnero y luego entregarse a la orgía.
En las noches suele oírse el estruendo de la música y carcajadas de los condenados. Si alguien pasa cerca de la Salamanca y no desea ser tentado a ingresar, debe llevar un Rosario en la mano o bien ser un hombre de mucha Fe. La gente que participa de la Salamanca puede estar varios días sin dormir y no se les nota el cansancio, además son "agraciados" con algunas virtudes como la ejecución de instrumentos, la capacidad de canto, la oratoria, etc. signos estos característicos de haber firmado un contrato con el Diablo.
En Argentina es una fiesta organizada en honor al macho cabrío en algún socavón alejado del poblado. En ella se sirven exquisitos manjares y bebidas y se baila y canta hasta la primera luz del amanecer.
En la Salamanca se encuentran brujas, almas condenadas, y demonios de los infiernos. Juan Draghi Lucero nos cuenta varios casos en su imperdible Las mil y una noches argentinas (lectura obligada para el que quiera contar cuentos bien criollos).
Se dice que a la Salamanca pueden ingresar todos aquellos que deseen hacer un pacto con el Diablo o adorarlo. Al ingresar a la cueva se debe besar los cuartos traseros de un carnero y luego entregarse a la orgía.
En las noches suele oírse el estruendo de la música y carcajadas de los condenados. Si alguien pasa cerca de la Salamanca y no desea ser tentado a ingresar, debe llevar un Rosario en la mano o bien ser un hombre de mucha Fe. La gente que participa de la Salamanca puede estar varios días sin dormir y no se les nota el cansancio, además son "agraciados" con algunas virtudes como la ejecución de instrumentos, la capacidad de canto, la oratoria, etc. signos estos característicos de haber firmado un contrato con el Diablo.
Agregado
personal: La familia Dávalos es una dinastía que ha engalanado el folclore
argentino durante mucho tiempo. Desde Carlos Dávalos (Un poeta exquisito),
pasando por su hijo Jaime Dávalos (El mejor recitador de poesías que he podido
escuchar) y siguiendo por sus hijos: Julia Elena (de una dulzura extrema en su
voz) hasta Arturo Dávalos (Del que tienen esta zamba, que es una extraordinaria
poesía y que era mi preferida en la adolescencia)
LA
SALAMANCA - Zamba
De:
Arturo Dávalos
Con la
diabla en las ancas Mandinga llegó,
azufrando
la noche lunar.
Desmontó
del caballo y el baile empezó,
con la
cola marcando el compás.
Un
rococo de la isla cantaba su amor
a una
sapa vestida de azul.
Carboncillo
bailaba, luciendo una flor,
que a
los ciegos devuelve la luz.
Socavón,
donde el alba muere al salir:
Salamanca
del cerro natal.
En las
noches de luna se suele sentir
a
Mandinga y a los diablos cantar.
Jineteando,
una escoba cruzaba el añil
de los
cielos la bruja mayor;
la
lechuza en el hombro y el gran tenedor
disparándole
a la Cruz del Sur.
Un
quirquincho barbudo tocaba el violín
y un
zorrino, con voz de tenor,
desgarraba
el silencio con un yaraví,
que
Mandinga a cantar le enseñó.
"La salamanca" cantada por uno de los conjuntos más famosos de su época "Los fronterizos"
El sapo
rococo (Rhinella schneideri), es una especie de sapo grande, endémica de Sudamérica: Argentina, Bolivia,Brasil, Paraguay, Uruguay.
Es frecuentemente confundido con Bufo marinus, y es un poco más
grande. El
modo más simple de distinguir las dos especies,
es que B. schneideri tiene glándulas venenosas atrás de
sus patas, y también detrás de la cabeza, como otros sapos.
Una aclaración personal: Los sapos no tienen glándulas
venenosas sino glándulas con un líquido irritante que les sirve como defensa. Se
llaman glándulas parotoides y no entrañan ningún riesgo para el ser humano. La
expresión de las mismas produce un líquido lechoso irritante y amargo, que una
vez eliminado deja inerme al manso animalito.
El Yaraví es
un género musical mestizo que fusiona elementos formales del "harawi"
incaico y la poesía trovadoresca española evolucionada desde la época medieval
y renacentista
El carboncillo o quebrantahuesos(Gypaetus
barbatus) es una especie de ave accipitriforme de la familia accipitridae. Es un buitre notablemente
distinto de otras aves de presa parecidas. Recibe su nombre por su costumbre de
remontar huesos y caparazones hasta grandes
alturas para soltarlos, partirlos contra las
rocas y poder ingerirlos para alimentarse.