Fin de semana largo
Imagen tomada de Google, Forosperú
¿Qué significa esto?
Que al sábado inglés y al feriado del domingo se suman el
lunes y el martes, no laborables, como festejo del carnaval.
Hace ya bastante tiempo estas eran una de nuestras fiestas
predilectas.
Se dividían en dos partes. Una que comenzaba al mediodía y
se extendía hasta las cuatro o cinco de la tarde y otra que comenzaba a la
noche con el desfile del carnaval y se continuaba con los bailes en los
distintos clubes de barrio o en algún centro dispuesto para tal fin. En mi
pueblo se llamaba “El sueño Azul”.
El juego de la tarde consistía en un enfrentamiento entre
mujeres y varones (habitualmente sin distinción de edades) con todo tipo de
elementos repletos de agua y con la intención de empapar al del sexo opuesto,
en un intercambio de risas, juegos y, por qué no, un amago de flirteo,
generalmente inocente.
El acontecimiento nocturno consistía en el corso, donde, por
una serie de calles adornadas con bombillas de colores, desfilaban todos
aquellos que se atrevían a disfrazarse. Solía haber de cuando en cuando una
carroza que no era más que un carro con un conjunto de personas que cantaban
canciones, en general picarescas, y vestían ropajes similares. El resto
recorría las calles una y otra vez, en grupos o solitariamente, y escondidos
tras las máscaras se acercaban a las personas que se apostaban en las veredas para
ver el desfile y, con voz aflautada. le hacían bromas mientras el otro intentaba
descubrir de quien se trataba.
Normalmente quien decidía ponerse un disfraz tenía que
inscribirse en la municipalidad y obtener un permiso que debía llevar durante
su recorrido. Esto evitaba que alguien aprovechara el anonimato para cometer
algún ilícito.
En alguna época se utilizaban unos dispositivos que
esparcían agua en forma de spray (se los conocía como perfumeros), que
posteriormente fueron reemplazados por los pomos, que eran recipientes
tubulares con un agujero en un extremo, lo que permitía arrojar el agua
moderadamente, mojando a aquellas personas que intencionalmente se buscaba
provocar.
Mucho menos, pero cada tanto, volaba una serpentina, que era
una cinta delgada que se arrojaba sosteniéndola de una punta, de manera que se
extendiera sobre aquellos que divertidamente desfilaban y hacían bromas.
Los bailes de carnaval se realizaban en los muchos clubes
barriales y allí concurrían las parejas que previamente se habían puesto de
acuerdo o aquellos que eran habitués de ese tipo de reuniones y, en general,
iban a lucir sus habilidades de bailarines.
El tiempo pasó, todo fue cambiando y hoy es otro mundo y
otra generación que entiende las cosas de diferente manera.
Ni mejor ni peor. De diferente forma.
Solo que durante un tiempo, en mi país, este feriado fue
suprimido, y en la actualidad ha sido repuesto, y muchos se preguntan que es,
que significa. Un rito pagano trasladado a un nuevo siglo, con conceptos y
criterios que ya nada tiene que ver con lo vivido hace unos cuantos años.
Ya digo, en su tiempo llegó a ser una de las fiestas de
mayor trascendencia, donde nacieron y murieron muchos romances y muchas
historias que ya no se recuerdan.
Como homenaje a aquellos tiempos que, bien o mal, son parte
de la historia de un pueblo va este tango que escribió Anselmo Aieta y
Francisco García Giménez.
He elegido la versión de Julio Sosa, un malogrado cantor
uruguayo que fue uno de los grandes de la canción del Rio de la Plata. Espero
que con la explicación anterior puedan comprender la maravillosa letra que nos regaló
García Giménez.
Preciosa manera de celebrarlo. Y muy interesante relato. Uno se enamora de todo lo argentino cuando te lee Tio Alberto
ResponderBorrar