EL PARAISO O EL INFIERNO

Cuando uno expone sus trabajos al publico puede tener una respuesta agradable o ser ignorado olímpicamente. Pasamos del paraíso al infierno en pocos instantes. Y uno debe hacer el ejercicio de construir lo que le gusta sin importarle lo que el otro piense. Si algo es bonito para mi deberá ser suficiente. Es un ejercicio difícil. Las caricias son agradables, pero lamentablemente hoy las manos están para otra cosa.

sábado, 12 de julio de 2014

LOS GOMEROS DE SAN MARTIN DE TOURS


Unidos, fundidos con la tierra, pretenden escapar y el peso de su ramas cargadas de hojas y de años los obligan a inclinarse servilmente sobre la lomada..
Se retuercen en la desesperación del escape pero la tierra, la madre tierra los atrae con una misteriosa fuerza que los obliga, que no los deja.

Sacan sus raíces, gigantes dormidos, tentáculos soberbios y tenebrosos, las extienden, se entrelazan pero siguen aferradas porque saben que en esa comunión está la vida. Una vida que se ha prolongado por mas de dos centurias y pretende que siga mas allá de la historia de los hombres.
La alfombra verde que lo acompaña sabe de sus cuitas pero las olvida cada día festivo cuando cientos de personas se entremezclan, se alborotan y ocupan las recargadas ramas, con el sol tempranero, el encuentro familiar, el juego de los pequeños.
Y entonces deciden quedarse y ríen, y disfrutan de esa alegría periódica que los rodea.
Hoy no lo entienden. Hoy les toca estar solos. Algo especial, algo fuera de lo normal ha sucedido.
No importa habrá de pasar el tiempo y todo volverá a la normalidad.
La necesidad de huir, de volar, de escapar de las ataduras de la tierra fría y el color, la luz, el movimiento alborotado de los fines de semana.


Si vas furtivamente un día cualquiera, allí los vas a encontrar. Callados, silenciosos, mudos testigos de la vida y de la muerte. Frente a ellos se desploma soberbio el Cementerio de la Recoleta.
Ambos tienen historia. Ambos vieron pasar el devenir de Buenos Aires y ambos pueden relatar las cosas vividas con detalles que los asombrarían. pero prefieren asumir su postura de recios ancianos que desde la elevada plaza San Martín de Tours ven correr el tiempo en el reloj de la almidonada Recoleta.

8 comentarios:

  1. Maravillosos seres..!! Pues es una suerte que podáis contemplar estas maravillas..Saludos

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracia Alfmega por tu comentario. Habia escrito mucho mas pero se borro. Ya te voy a contar otros detalles. Gracias de nuevo.

      Borrar
  2. Una maravillosa descripción de esos gomeros que son para perderse entre sus raíces que tejen historias y sus ramas que acunan sueños. Me encanta ese lugar, tu descripción y tus fotografías.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias Mirta. Vos conoces como yo la historia del lugar. Posiblemente la cuente en otro post.

      Borrar
  3. Si ese es el exterior, que maravillosas deben ser las raíces que les unen a la tierra, de manera incondicional, porqué forman parte de ella, vida en estado puro! Que es acorde y se deja llevar con el devenir del tiempo! Las personas no son tan agradecidas!!!

    Un abrazo de raíz, Tito!!!!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Se calcula que tienen mas de 230 años. habrían sido los primeros gomeros de Buenos Aires y algunos hasta se atreven a decir que el resto de los gomeros de la ciudad fueron gajos de este. realmente vida en la más pura expresión.

      Borrar
  4. Dada mi fascinación por los árboles y más en concreto por sus raíces, ya te puedes imaginar cuanto me gustó la entrada y las fotos. Precioso!!!!! Gracias

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Me alegra que te haya gustado. las fotos las tomé caminando con Mirta el día del partido así que estábamos solos y pudimos fotografiarlos sin nadie metido en el medio. Son árboles increíbles que han soportado el paso del tiempo y la contaminación ambiental, ya que la ciudad fue creciendo y hoy es apenas un pequeño espacio verde. Es algo para disfrutar.

      Borrar