EL PARAISO O EL INFIERNO

Cuando uno expone sus trabajos al publico puede tener una respuesta agradable o ser ignorado olímpicamente. Pasamos del paraíso al infierno en pocos instantes. Y uno debe hacer el ejercicio de construir lo que le gusta sin importarle lo que el otro piense. Si algo es bonito para mi deberá ser suficiente. Es un ejercicio difícil. Las caricias son agradables, pero lamentablemente hoy las manos están para otra cosa.

lunes, 26 de enero de 2015

LA LEYENDA DE LAS TERMAS DE COPAHUE

Cuenta la historia que hace mucho tiempo vivía un cacique araucano llamado Copahue (Azufre). Famoso por su valentía y belicosidad, había encarado el dominio de las otras poblaciones indígenas que ocupaban el  largo espacio del actual pueblo chileno. Bravo y violento consiguió controlar toda la región y durante mucho tiempo fue amo y señor de esas tierras. Pasaron los días y sus fieles seguidores se fueron acostumbrando a la vida sedentaria. Y fue en en ese momento cuando en la región del norte estalló una rebelión.
Allí marchó Copahue a imponer su ley pero sus soldados no eran los mismos. Habían perdido esas ganas de luchar y esa idolatría que sentían por su líder. Era casi como luchar por compromiso. Aun así, el cacique, con un ejército más poderoso, consiguió vencer a los rebeldes pero en la batalla fue herido mortalmente.
En su lecho de muerte pidió que llamaran a su hijo, que también se llamaba Copahue, y le explicó que él iba a reunirse con sus antepasados, así que ahora lo dejaba al mando de todas las fuerzas y regiones.
Y fue así que el hijo, que era tan valiente y belicoso como el padre, decidió hacer honor a este nombramiento. Controlada toda la región de Chile, decidió cruzar la cordillera y apoderarse de las tribus que habitaban la región del lado argentino.
Así lo hizo y una por una fue dominando a todas las tribus que habitaban las zonas lindantes con la cordillera.
Después de una de las batallas y cuando su ejército estaba descansando, Copahue salió a caminar. Se alejó de su campamente y se fue adentrando en la montaña. De pronto vio lo que le pareció era su imaginación. Cerró sus ojos y cuando los abrió comprobó que su mente no lo engañaba.
En el borde de un acantilado una bellísima joven lo miraba desde lo alto. Se encaminó hacia ella y cuando estuvo a su lado la doncella le hablo con una voz tan dulce como nunca había oído.
Te estaba esperando, Copahue… le dijo. Sabía que vendrías pues yo soy hechicera y puedo prever las cosas que van a suceder.
¿Acaso voy a morir? Preguntó el joven.
Todo lo contrario, vas a tener más victorias como estas y serás el dueño y señor de toda la región.
Y así diciendo la hermosa joven se alejó rápidamente y desapareció detrás de unas rocas.
Corrió Copahue pero ella ya no estaba. Parecía que se la había tragado la tierra.
Cuando el cacique confió este encuentro a su concejo de ancianos, estos le recomendaron que tuviera mucho cuidado. Una hechicera hace tratos con el diablo. Es probable que te esté tendiendo una trampa.
Sin embargo la belleza de la joven había hecho impacto en el corazón del valiente guerrero. Ya no podía quitársela de sus pensamientos.
Fueron muchas las batallas que libró y salió vencedor de todas ellas.
Cuando hubo conseguido dominar todo la región andina el araucano decidió volver para buscar a la hechicera.
Los ancianos se opusieron, le dijeron que era una locura, que no debía… pero él estaba decidido, se había enamorado de aquella joven y quería hacerla su esposa.
La buscó desesperadamente hasta que su búsqueda dio sus frutos.
En realidad la doncella también amaba al valiente Copahue y estaba feliz de poder ser su esposa.
Pero todo el mundo se oponía. Sin embargo él era el jefe, el cacique, y podía tomar lo que considerara la decisión más acertada. Y nada lo haría cambiar de opinión.
Fue así que se hicieron todos los preparativos para la boda. Los jóvenes, enamorados, estaban felices.
Pero está dicho que no siempre la felicidad puede durar para siempre. Un guerrero de una de las tribus sojuzgadas que había logrado escapar, lo emboscó y con un certero flechazo le partió el corazón. Cayó Copahue en los brazos de la joven y antes de morir le dijo que la amaba y desde donde le correspondiera estar siempre se iba a preocupar por defenderla.
Los caciques más importantes al ver la tragedia concluyeron que la culpa la tenía la mujer. Era una hechicera. No podía ser otro el responsable.
La hicieron prisionera y la condenaron a morir lanceada al pie de la montaña donde había conocido a Copahue.
La ataron a una roca y procedieron a dar cuenta de ella.
Y fue justo cuando una lanza le atravesó el corazón de la doncella que, de entre las rocas, surgió de pronto un chorro de agua, con un olor intenso a azufre, que corrió sobre la joven y la hizo desaparecer en el centro de la piedra.



Los hombres comprendieron que era su cacique que, desde el más allá, había venido a proteger a su amada, y presas del pánico huyeron en desbandada.
Desde entonces, mágicamente, una caudalosa vertiente de agua, comenzó a caer en forma ininterrumpida. Sus aguas sulfurosas son curativas, como tratando de revivir a su amada. Cálidas hasta producir un vapor que se eleva hacia las nubes llevando el alma de los enamorados, las aguas se transformaron en un sitio venerado y posteriormente en un lugar a donde recurren aquellas personas que buscan recuperar la salud.
La laguna y terma de Copahue ha permanecido a través del tiempo como signo del amor y la protección que el joven le prometió a su amada.



Nota: Las fuentes termales sulfurosas de Copahue (azufre) formada por varias lagunas, están situadas al Norte del territorio de Neuquén (argentina) entre hermosas cumbres y en medio de un panorama magnífico, a mil novecientos metros sobre el nivel del mar, y al pie del volcán del mismo nombre.
Sus aguas, cuya temperatura oscila entre 20 y 35°, poseen reconocidas propiedades curativas, a las que deben su fama.

Están siempre en movimiento y presentan un aspecto lechoso a causa del azufre que se halla en suspensión.

4 comentarios:

  1. Que gustazo escucharte contar historias me devuelves esa magia que sentía cuando era pequeño y escuchaba los cuentos que tenía en un radiocasete que adoraba
    Muchas gracias por compartir tan bellas historias y de esa
    Manera tan especial y mágica con que lo haces
    Te quiero tío alberto

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    1. Gracias sobrino. He descubierto que las tradiciones de los originarios de nuestras tierras tienen el encanto y la dulzura de los cuentos que nos contaban cuando éramos pequeños. De hecho las he obtenido de una colección que guardamos (Mirta también la tenía) de la época en que éramos pequeños, de allí que calculo que tienen más de 60 años. Y que venían ilustrados para que los chicos se entusiasmaran. Una felicidad enorme tu comentario, porque nosotros también te queremos mucho y hacía un tiempo que no teníamos noticias tuyas. Un abrazo enorme.

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  2. Bonita historia que dobla su hermosura por formar parte de la cultura popular..Saludos Alberto

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    1. como no podía suceder de otra manera siempre estás presente, y sabes que es la caricia que más aprecio. Es cierto, son historias hermosas que voy adaptando al lenguaje actual, pero que son auténticamente parte de la cultura popular. Y llevarlas al conocimiento de todos es un placer que me quería dar. Un beso enorme. Gracias.

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