San Juan y Boedo antiguo, Pompeya y más allá la inundación.
Así comienza el tango “Sur”, de Homero Mansi y Anibal Troilo, porque el viejo barrio de las Ranas como se llamaba
originalmente la zona que se deslizaba, medio entre pantanos, hacia el río Matanza, donde hoy está el puente Alsina o Uriburu, era un sitio bravo, de
gente rápida y de cuidado, o sea gente “rana”. La actual avenida Sáenz se
llamaba el “camino de los huesos” por la cantidad de restos de los vacunos que
se morían en el traslado hacia el frigorífico, en el que casi todos trabajaban.
Dice la historia que el recientemente santificado Bartolo
Longo, encontró un cuadro de la Santísima Virgen del Rosario acompañada de
Santo Domingo y Santa Catalina de Siena. Esto ocurrió en la localidad de
Pompeya, en Italia. Lo trajo para este barrio y comenzó, allá por el 1890, a realizar
un culto entronizando esta imagen. En 1896 consiguió colocar la piedra
bendecida y en 1905 se terminó de construir la Parroquia. Se la llamó Virgen
del Rosario de Pompeya.
Esta iglesia que es considerada la más popular de Buenos
Aires, fue construida por el arquitecto Augusto César Ferrari. Presenta unos
ventanales magníficos construidos en Alemania, muchos de sus espacios recuerdan
a la antigua ciudad de Pompeya, en las paredes hay pinturas y cerámicas de
índole histórica y está protegida por una reja de hierro forjado de altísimo
vuelo artístico.
El barrio se fue modificando con la creación de casas de bajo
costo pero que fue dándole una fisonomía más ordenada, tomando el nombre de
Nueva Pompeya. Allí nació el tango, donde a orillas del Matanza se lo bailaba,
primero en forma individual, y luego se fue convirtiendo en lo que es hoy,
apareciendo varias tanguerías que hoy son museos que se conservan en la zona.
Un grupo de muchachos se juntaron y fundaron un club, que
luego se trasladó a Parque de los Patricios que lo asumió como propio: el club
Huracán.
En la década del 20 hubo que agregarle una extensión lateral
debido a la cantidad de fieles que concurrían a la iglesia.
El tiempo ha pasado y hoy es un populoso barrio del sur de
Buenos Aires. La iglesia se levanta con su torre y su reloj, traído desde
España, orgullosa como centro de un lugar que ha formado parte de la historia más
entrañable de nuestra ciudad. El rio Matanza, desde el puente de la Noria,
cambia su nombre para transformarse en el Riachuelo, los frigoríficos ya no
están y por el centro de la Avenida Sáenz se ha hecho un corredor exclusivo
para la enorme cantidad de buses que corren por ella diariamente.
Por eso, como dice el tango:
Ya nunca me verás, como me vieras, recostao en la vidriera y esperándote.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario