EL PARAISO O EL INFIERNO

Cuando uno expone sus trabajos al publico puede tener una respuesta agradable o ser ignorado olímpicamente. Pasamos del paraíso al infierno en pocos instantes. Y uno debe hacer el ejercicio de construir lo que le gusta sin importarle lo que el otro piense. Si algo es bonito para mi deberá ser suficiente. Es un ejercicio difícil. Las caricias son agradables, pero lamentablemente hoy las manos están para otra cosa.

jueves, 17 de septiembre de 2015

NUEVA POMPEYA

San Juan y Boedo antiguo, Pompeya y más allá la inundación.
Así comienza el tango “Sur”,  de Homero Mansi y Anibal Troilo, porque  el viejo barrio de las Ranas como se llamaba originalmente la zona que se deslizaba, medio entre pantanos, hacia el río Matanza, donde hoy está el puente Alsina o Uriburu, era un sitio bravo, de gente rápida y de cuidado, o sea gente “rana”. La actual avenida Sáenz se llamaba el “camino de los huesos” por la cantidad de restos de los vacunos que se morían en el traslado hacia el frigorífico, en el que casi todos trabajaban.
Dice la historia que el recientemente santificado Bartolo Longo, encontró un cuadro de la Santísima Virgen del Rosario acompañada de Santo Domingo y Santa Catalina de Siena. Esto ocurrió en la localidad de Pompeya, en Italia. Lo trajo para este barrio y comenzó, allá por el 1890, a realizar un culto entronizando esta imagen. En 1896 consiguió colocar la piedra bendecida y en 1905 se terminó de construir la Parroquia. Se la llamó Virgen del Rosario de Pompeya.
Esta iglesia que es considerada la más popular de Buenos Aires, fue construida por el arquitecto Augusto César Ferrari. Presenta unos ventanales magníficos construidos en Alemania, muchos de sus espacios recuerdan a la antigua ciudad de Pompeya, en las paredes hay pinturas y cerámicas de índole histórica y está protegida por una reja de hierro forjado de altísimo vuelo artístico.
El barrio se fue modificando con la creación de casas de bajo costo pero que fue dándole una fisonomía más ordenada, tomando el nombre de Nueva Pompeya. Allí nació el tango, donde a orillas del Matanza se lo bailaba, primero en forma individual, y luego se fue convirtiendo en lo que es hoy, apareciendo varias tanguerías que hoy son museos que se conservan en la zona.
Un grupo de muchachos se juntaron y fundaron un club, que luego se trasladó a Parque de los Patricios que lo asumió como propio: el club Huracán.
En la década del 20 hubo que agregarle una extensión lateral debido a la cantidad de fieles que concurrían a la iglesia.
El tiempo ha pasado y hoy es un populoso barrio del sur de Buenos Aires. La iglesia se levanta con su torre y su reloj, traído desde España, orgullosa como centro de un lugar que ha formado parte de la historia más entrañable de nuestra ciudad. El rio Matanza, desde el puente de la Noria, cambia su nombre para transformarse en el Riachuelo, los frigoríficos ya no están y por el centro de la Avenida Sáenz se ha hecho un corredor exclusivo para la enorme cantidad de buses que corren por ella diariamente.









































































Por eso, como dice el tango:

Ya nunca me verás, como me vieras, recostao en la vidriera y esperándote.


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