EL PARAISO O EL INFIERNO

Cuando uno expone sus trabajos al publico puede tener una respuesta agradable o ser ignorado olímpicamente. Pasamos del paraíso al infierno en pocos instantes. Y uno debe hacer el ejercicio de construir lo que le gusta sin importarle lo que el otro piense. Si algo es bonito para mi deberá ser suficiente. Es un ejercicio difícil. Las caricias son agradables, pero lamentablemente hoy las manos están para otra cosa.

lunes, 9 de junio de 2014

UN DIA DE NIEBLA

Acabo de descubrir que la denominación de Buenos Aires no proviene de lo que hoy interpretaríamos como buen tiempo o clima agradable, sino por una castellanización del nombre de la Virgen de la Candelaria o Virgen de Bonaria, patrona de los navegantes, originaria de Italia pero también venerada en Cádiz. Promesas que había hecho don Garay.
Eso me da una cierta tranquilidad porque nuestro clima es de lo más variable y sorprendente, nos suele agobiar el calor en pleno invierno (hacia fines de Junio solemos disfrutar del veranito de San Juan) y tener un mes, de los dos utilizables del verano,
totalmente lluvioso, frío y desagradable. (Este año le tocó a febrero)


De vez en cuando se nos aparece una niebla densa que no nos extraña si tenemos en cuenta que, en general, la humedad es uno de los factores que más impera en nuestra atmósfera. 

Habitualmente anuncia que va a ser un buen día, ya que la evaporación del agua latente, que moja, sin notarlo, las calles de Buenos Aires, comienza a evaporarse al influjo de los rayos de un sol, más o menos cálido, según la estación, pero que aparecerá detrás de las espesas nubes.
El asunto es sortear el momento. Si no se puede esperar las caricias del astro rey, uno debe zambullirse en un mundo irreal, de luces y sombras que se desplazan fantasmagóricamente, a veces a velocidades también irreales que se deslizan imprudentemente por las autopistas, bajo los puentes o por los caminos secundarios.

Cuando me levanté esa mañana era uno de esos días. Apenas se visualizaba a cincuenta metros de distancia. Pero debíamos llegar al consultorio en horario por lo que pusimos los faros antiniebla y nos lanzamos a la aventura.
Mirta ya es experta en estos menesteres y con la prudencia aconsejable, pero a una velocidad que nos permitiese llegar a tiempo, nos fuimos moviendo entre el tráfico de la AU6, o sea el ramal que nos lleva hacia la zona oeste del conurbano bonaerense.
No resistí la tentación y me dediqué a tomar las fotos que ilustran este post.
Realmente nada más lindo para atrapar una buena imagen a pesar del riesgo que el viaje representa.  



Finalmente después de pasar el peaje el cielo nos mostró un celeste límpido que nos esperaba del otro lado.
El final del viaje estaba próximo, y llegamos sin inconvenientes.

Después de todo fue lo más parecido a los juegos de los parques de diversiones.

3 comentarios:

  1. Conmigo al volante todo es posible, es un Parque de Diversiones, el sector del tren fantasma o la montaña rusa. Mi habilidad está altamente probada.

    ResponderBorrar
  2. Desde luego, si algún día me "pilla" la niebla en Buenos Aires yo llamo a Mirta para que me guíe!!! Gracias por contarme el Origen del nombre de vuestra ciudad, yo también tenía una idea equivocada. Abrazucu desde mi Villa

    ResponderBorrar
  3. Gracias por tu comentario Maga. Es totalmente real que Mirta se las ha visto en las peores circunstancias y de todas ha salido airosa. Yo le enseñé a manejar hace ya bastante tiempo y en la actualidad compartimos el volante. Si uno maneja de ida el otro lo hace de vuelta y en las vacaciones manejamos 200 Km a cada uno de tal manera que no llegamos a cansarnos.

    ResponderBorrar