Volvió la oscuridad.
Es de día pero el cielo está
cubierto en su totalidad por nubes de tormenta que por momentos parece que es
de noche, o, al menos, el atardecer.
De vez en cuando, pero muy de vez
en cuando, el cielo avisa con el rugido de un trueno. Pero solo de vez en
cuando.
Pero de pronto se larga una
lluvia abundante, ilógica. Es como si alguien hubiera abierto una canilla y el
chorro cae con una violencia inusitada. Nada lo hacía prever, no hubo signos
que previnieran el chubasco. Te sorprende el ruido de las gotas golpeando con
fuerza contra el techo o los aires acondicionados.
Y así como comenzó, todo se detiene y uno
piensa, bueno… se acabó. Esperas un poco, por las dudas, y, de pronto, todo
vuelve a repetirse.
Alguna vez estuve en Venezuela. Estaba
en un enorme galpón que había pertenecido a una fábrica, que el gobierno de
turno había expropiado. Habíamos ido para trabajar pero no estábamos haciendo
nada. De pronto un ruido suave, como con sordina, me llamó la atención. Fui hasta
la puerta y descubrí que estaba lloviendo. Miré a los que estaban cerca mío y
estúpidamente, exclamé ¡Está lloviendo!. Me respondieron: Si… Aquí llueve de
esta manera. No avisa. Llueve un rato y luego para. Es lo normal para esta
región… ¡Ahhh!
En estos momentos hay una
luminosidad que hace pensar que va a aparecer el sol… pero sigue lloviendo.
¿Nos estamos tropicalizando?.
¡Que lo parió!
Alberto O. Colonna
Abril 2016
Me encanta esa descripción tan perfecta de este tiempo tan tropi-insoportable que estamos teniendo.
ResponderBorrarMe encanta esa descripción tan perfecta de este tiempo tan tropi-insoportable que estamos teniendo.
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